El encargo consistía en el diseño de los espacios verdes de Zorrotzaurre y la margen derecha de San Ignacio, que han sido objeto de un plan de reordenación urbana. La zona cambiará de ser predominantemente industrial a residencial. El proyecto para el diseño de los parques fue ganador de un concurso de ideas, y es fruto del análisis del lugar y de su historia, como pieza clave en la transformación de Bilbao.
El hilo conductor es vincular todos los espacios con el agua, y potenciar la diferencia formal entre las orillas de Zorrotzaurre y de San Ignacio en atención a sus diferentes características y dimensiones. En la margen derecha se respeta la linealidad, la imagen del muelle actual, noráis, raíles de grúas, hormigón, se restituye el paseo de sirga que comunicaba los municipios de la margen derecha del Nervión. En la margen izquierda el borde se rompe, se “abre” al canal con embarcaderos y canales de agua que cruzan la isla. El agua se adentra en el parque transformando la linealidad del antiguo trazado de origen industrial en algo lúdico. También se crean nodos de actividad que doten de identidad y sean una referencia para el nuevo tejido residencial.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad, se ha puesto especial atención en la gestión de aguas pluviales. Se controlará la escorrentía y se introducirán sistemas de depósitos para la acumulación de agua de la lluvia y su posterior utilización para el riego. De esta manera, la sostenibilidad y la creación de un espacio que configure identidad para el nuevo barrio en torno al agua, han sido los criterios fundamentales en los que se ha apoyado la propuesta.