El reto fundamental de este proyecto consistía en la implantación de una nueva edificación adosada al edificio existente, que además de satisfacer los requisitos funcionales exigidos por el programa de necesidades, logrará reforzar el protagonismo del edificio existente actualizando su imagen y haciéndola más atractiva al usuario.
La propuesta se resuelve mediante un volumen prismático, puro, que adosa al edificio existente el programa solicitado. El nuevo volumen sobresale de la alineación existente, manifestándose en la fachada principal y actuando como un reclamo.
El tratamiento de la fachada a base de chapa perforado, permite la permeabilidad de las nuevas salas en las plantas superiores y el camuflaje de la nueva escalera de incendios. En la planta baja se plantea un zócalo retranqueado conformado por lamas verticales de acero que impiden el acceso a la escalera de incendios desde el exterior de la misma, unificando todo el tratamiento. En los periodos nocturnos en los que el edificio está en funcionamiento, los colores de los revestimientos interiores se proyectan hacia el exterior.
Se ha simplificado la organización espacial y se ha favorecido, en toda la intervención, la creación de espacios diáfanos. La planta baja alberga un área destinada a vestuarios, de hombres y mujeres, compuesta cada uno de ellos por zona seca, zona de duchas y aseo. En el pasillo de acceso a los mismos se sitúan las taquillas. En la planta primera se sitúa la ampliación del gimnasio actualmente existente. La planta segunda se destina a ampliación de la actual sala de spinning y, por último, la planta tercera se estará ocupada en toda su superficie por una sala multiusos.